La búsqueda de coincidencias para ser solidario
Miembro de la Comunidad Islámica, Omar Abu Arab presentó la cuarta sesión 2005 de la cátedra del Foro con estas palabras:
En esta Cátedra Abierta de Responsabilidad Social y Ciudadana, las religiones del tronco abrahámico, junto con entidades y empresas de primer nivel, han encontrado un ámbito de coincidencia para generar una nueva aptitud ante lo que es la Responsabilidad Social Empresaria y el Compromiso Ciudadano.
El compromiso ciudadano nos lleva a tener en cuenta, como musulmanes, como miembros de la comunidad islámica, preceptos que son muy importantes para nosotros, como el de ser pacientes. Porque el que es paciente tiene la certidumbre de que hay un plan, hay alguien superior, clemente, misericordioso, todo poderoso, que tiene un plan para nosotros, que así nos sentimos protegidos y, a la vez, ansiosos de servirle. Muchas veces nos preguntamos para qué fue creado el hombre. Decimos que fue creado para adorar a Dios, un Dios uno y único que nos une con las otras religiones del culto monoteísta, como son los judíos y los cristianos.
Al ser pacientes y perseverantes, sabiendo que hay un plan, es posible estar tranquilo y cubierto. Pero lo que nosotros hacemos en esta vida tiene un premio. No voy a decir que tiene un castigo, pero tiene un premio menor si hacemos menos. Entonces, los perseverantes son los que hacen, los que perseveran para poder cambiar lo que pueden cambiar, porque Dios nos dio la alternativa de tener el libre albedrío de elegir, de saber a dónde ir y cómo concurrir, y cómo ser solidario con el otro.
El Foro Ecuménico Social es justamente eso: la búsqueda de las coincidencias para ser solidario con el otro. Pero no el otro como individuo, uno por uno, sino, dentro del concepto de lo que es la sociedad de la cual nosotros formamos parte, el otro que tiene un aporte que dar y que puede ayudar definir situaciones, a pesar de sus problemas y de las circunstancias azarosas.
Recuerden que el Foro se fundó en una época en donde el descreimiento y la crisis hacían que la gente dudara de todo, y quisiera que casi todos se fueran a no sé donde. Pero nosotros nos quedamos y nos quedamos con la idea de que los perseverantes, los pacientes, los que hacemos, tenemos un trabajo que hacer, una recompensa por vivir y una posibilidad de cambiar esa realidad.
El Corán dice: “y seréis probados en el miedo, en el hambre y el dinero y en vuestras vidas y los frutos se verán en un triunfo si sois pacientes y perseverantes”. Yo tomé esta frase porque, como estamos en un ámbito empresarial, tenemos que tener en cuenta que la actividad de transformar la realidad, de hacer buenos negocios, de mejorar la calidad de la gente, es uno de los patrones que tienen los empresarios como alternativa para llevar adelante y lo pueden hacer de mil maneras, bien, mal o regular.
Esta cátedra plantea principios éticos y morales como para poder hacer buenos dineros, apalear el hambre, dar trabajo y no tener miedo, que es tener seguridad, concepto muy en boga hoy en día. Para hacer esto desde una práctica moral, que conjugue nuestros buenos deseos, que conjugue nuestras concepciones religiosas, hoy tenemos esta cátedra, que plantea una problemática sobre los valores cívicos y el compromiso ciudadano. Valores cívicos que son los de siempre, que hay que reflotar, en un país que no es ni viejo ni joven. Una sociedad es dinámica, está viva y no tiene edad. Y los valores tampoco son ni buenos ni malos ni viejos. Son valores que tenemos que mantener vivos para mantener viva nuestra sociedad.
Para terminar, hay otro concepto que quiero verter: es el del otro.
Nosotros, cuando nos ponemos delante de alguien que no conocemos, de una sociedad que no conocemos o de una empresa que no conocemos, tenemos una actitud de resguardo y hasta de prejuicio, porque no sabemos quién es. Y eso, desde el punto de vista antropológico, se puede llamar un extrañamiento: el rechazo de o la precaución ante lo desconocido y lo diferente.
Hay una palabra que suma, y que borra esa alternativa: nosotros. Si descomponemos la palabra nosotros, nos queda nos y otros, o sea, nuestros y otros, hacer que los otros sean nuestros. Y esa es una de las tareas que nos podemos plantear desde acá, desde el Foro, y desde cada una de las instituciones de las que formamos parte: la tarea de incorporar al otro como un hermano.
Día a día tenemos que repetir esa idea, la idea de combatir el prejuicio, combatir el extrañamiento, y ser fieles al mandato de Dios, a mandatos de nuestra concepción ética y moral, que van más allá de la situación coyuntural.
Estoy convencido de que, en la pequeñez de lo que es el Foro, el éxito que tenemos, se lo debemos a la permanencia y perseverancia que tuvimos, a pesar de las turbulencias y la diversidad de problemas que soportamos y superamos, y nos da esperanzas de que el mañana, si estamos unidos, si tenemos un plan y somos solidarios, seguramente va a ser mucho mejor.