Expirado
Reflexiones Cátedras

El Director del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay, Axel van Trotsenburg, señaló que para esa entidad el tema de la responsabilidad social es esencial para el desarrollo económico y humano de los países. Esta fue su ponencia:

Para el Banco Mundial, el tema de la responsabilidad social es esencial para el desarrollo económico y humano de los países. Entendemos por desarrollo no sólo a los aspectos económicos o financieros del término, sino también al capital humano y al social. Si no se juntan estos componentes, no se obtiene un desarrollo verdadero. Esta es la visión del desarrollo que adoptamos cuando trabajamos en Asia, Europa del Este, América Latina y África. 

La responsabilidad social y el capital social son temas determinantes para toda sociedad. En el caso de la Argentina, antes de la irrupción de la crisis de 2001, el Banco hizo un estudio sobre el capital social, bajo el lema “Juntos podemos avanzar y divididos nos caemos”. Y, describimos las bases para la formación de capital social en el país, que es uno de los temas importantes cuando se habla del desarrollo, de la lucha contra la pobreza y de cómo se pueden fomentar procedimientos de participación, de confianza y solidaridad. 

Quisiera compartir algunas reflexiones que me parecen importantes para fomentar el desarrollo del capital social y la responsabilidad social. Primero que nada, hay que crear un clima que facilite el desarrollo del capital social, que propicie la creación de lazos que permitan el intercambio de ideas, la participación y la creación de espacios que favorezcan la confianza mutua. Para ello, es propicio hacer un llamado a todas las instituciones a reflexionar y fomentar ese clima de confianza y, a su vez, comenzar desarrollando verdaderos procedimientos de participación. 

Por otro lado, es necesario crear un espacio para la interacción del sector privado y la sociedad civil. Promover la participación en la toma de decisiones y no el sentimiento de que es la clase política quien toma todas las decisiones y que no hay necesidad de participación por parte de la sociedad civil. La consecuencia de este tipo de acciones es que la sociedad en su conjunto no comparte la decisión propuesta, el sentido que ésta tiene y entonces, después de grandes anuncios, no hay seguimiento o una efectiva implementación. El gran desafío es cómo se pueden crear los espacios que permitan esas interacciones y, claramente, en ese contexto, uno tiene que pensar en descentralizar. No es posible confrontar a través del centro todos los desafíos de una sociedad, sino que se debe tratar de descentralizar y apreciar el conjunto de las ideas que existen en un país. 

Lograr niveles significativos de participación ciudadana implica la necesidad de contar con una población educada. Es por ello que la inversión en educación se torna clave como forma de fomentar el capital social y la responsabilidad social.

Otra idea interesante, es la creación de una cultura que promueva el acceso a la información y una mayor transparencia. Yo creo que crear esa cultura es un desafío para todos los sectores. Puede ser a través de ONG´s, del sector privado o del sector público, pero es muy importante para el desarrollo del capital social fomentar sistemáticamente la difusión de información sobre los distintos temas.

Por último, hay que invertir en fomentar la capacidad asociativa y de organización de los pobres. En todo país, y especialmente en la Argentina, la participación activa de los pobres genera posibilidades reales para salir de la pobreza. Entonces, un desafío es colaborar en su capacidad de organización. 

Estas son algunas de las dimensiones que me gustaría plantear. ¿Ahora, qué responsabilidades o roles tienen el sector público, el sector privado, las ONG y organizaciones multilaterales como nosotros en la promoción del capital social? 

En términos de sector público, hay cuatro roles esenciales. Uno es el rol regulatorio, generar una legislación que facilite la asociatividad y la formación de capital social, creando incentivos en la sociedad civil para participar y generando capacidades a partir de la educación. También se debe proporcionar apoyo financiero, porque de lo contrario, a veces, la sociedad civil no tiene capacidad financiera y eso debilita su posibilidad de participar. El tercer rol es asociarse y combinar recursos a nivel nacional, promoviendo también el diálogo y dando el ejemplo; actuar, y no solo hacer declaraciones. Finalmente debe brindarse apoyo político, que es esencial para esas iniciativas.

En lo que respecta al sector privado, la responsabilidad corporativa depende del rasgo de las empresas. En el contexto de la Argentina hay dos sectores representados. El primer sector es el que corresponde a las empresas más grandes, que en su gran mayoría son extranjeras y están integradas a un modelo global. Es un desafío para ellas definir cómo pueden participar socialmente, ya que vienen de países donde están muy bien integradas, pero están menos integradas en países como la Argentina.

Cuando se piensa en lo local, no se puede solamente mirar hacia las grandes empresas, porque el 70 % del empleo está creado en las PyMES, en las pequeñas empresas, que son el segundo sector representado. En las PyMES hay un grado más grande de informalidad y éstas no siempre cumplen con todas las leyes y los derechos sociales. Es importante que en el debate sobre la responsabilidad social no se mire solamente a las grandes empresas sino también a las PyMES, en donde a la gente no siempre se le respeta todos los derechos.

Para organizaciones como el Banco Mundial, el gran desafío para apoyar la formación de capital social se da en la etapa de diseño de nuestros programas. Es ahí cuando podemos incorporar al máximo a la sociedad civil y fomentar el debate sobre esos temas. A nivel global, el Banco también tiene un rol para contribuir con una mayor responsabilidad social global. Cuando pensamos globalmente la inequidad, observamos que casi el 80 % del comercio y el 75 % de la riqueza están concentrados en los países industrializados, y 4.500 millones de personas tienen que compartir el 20 o 25% que resta. Entonces se plantean estos grandes dilemas, estas contradicciones y asimetrías que, si se quiere crear un mundo más justo, se deben discutir, aunque sean difíciles, políticamente hablando. 

La responsabilidad social es un tema complejo en el cual es necesario crear conciencia; es por eso que este tipo de foros son tan importantes, como un primer paso. Considero que es necesario ampliar estos foros, tratar de buscar un consenso -que en la Argentina cuesta tanto conseguir- y después pasar a la acción. Porque con el consenso solo, no se puede actuar. Se precisa crear un país más inclusivo, donde la gente sienta que realmente puede participar, que los procesos de participación son verdaderos y que tendrán un impacto concreto. Con esa sensación, la gente puede hacer la diferencia y va a aumentar la participación.

CÁTEDRA ABIERTA DE RESPONSABILIDAD SOCIAL Y CIUDADANA