Extraordinaria oportunidad.
Nota de Fernando Flores Maio en el diario "El Cronista".
Fernando Vilella como secretario de Agricultura puede encarar una transformación que da a la Argentina una extraordinaria oportunidad ante los desafíos de la cuarta Revolución Industrial. El país está en óptimas condiciones para lograrlo.
Es una cuestión central considerando que el mundo va a necesitar el doble de alimentos en el año 2050. Argentina, Brasil Paraguay y Uruguay en conjunto hoy tienen el 30 % de las exportaciones mundiales de alimentos. Argentina produce para 10 veces su población.
No es un tema nuevo. La bioeconomía se debatió en 2019 en una Cátedra de Responsabilidad Social y Ciudadana del Foro Ecuménico Social, en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, con Vilella, el empresario Gustavo Grobocopatel, Eduardo Serantes, coordinador del Grupo de Productores del Sur, que nuclea a managers de la Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, Martín Fraguío, productor, profesor de la Universidad de San Andrés, ITBA, UTN, y Jorge Etkin, profesor de esa facultad.
Vilella, Profesor de Agronegocios y Bioeconomía, explicó cómo el desarrollo sostenible de la “biomasa” y del conocimiento pueden obtener poderosos recursos para la producción de alimentos y la generación de energía.
La Argentina, además de cuidar el medio ambiente en los últimos años pasó de tener 40 millones de toneladas de granos a casi 140 millones, según datos oficiales. Pero existen barreras para-arancelarias que traban las exportaciones. Se requiere una negociación con la Organización Mundial de Comercio y acuerdos regionales. El Grupo de Países Productores del Sur (GPS), que nuclea a empresarios de esos 4 países, está trabajando en ese sentido.
Por eso es importante la difusión de este tema, debatirlo en ámbitos universitarios, y dialogar con distintos grupos de interés. La antinomia campo versus industria, anacrónica, aun sigue vigente.
Debemos analizar de qué manera la Inteligencia artificial, la Agricultura 4.0, puede ayudar a la inclusión social, a que se genere trabajo, y a la disminución de la pobreza. Es una contradicción que un país como el nuestro, con tanta producción y tanta potencialidad, mantenga durante décadas índices de pobreza altísimos, con grandes desigualdades y exclusiones.
El economista Stefano Zamagni (Universidades de Bolonia y John Hopkins, presidente de la Academia de Ciencias Sociales del Vaticano, y miembro de ese Foro), propuso explicar bien lo que signfica la Agricultura 4.0, que puede llevar a una mayor competencia ante el proceso de concentración de la producción de semillas.
Al respecto, el Grupo de Productores del Sur reclama un comercio global fluido, sin barreras que no estén sustentadas en informaciones científicas, que es crucial para viabilizar las transformaciones de los sistemas alimentarios no sostenibles (de Europa y Asia), según Eduardo Serantes, Coordinador General del GPS. Así se podrán atender las necesidades de países que no cuentan con los recursos naturales suficientes para satisfacer su demanda de alimentos. Es un gran dilema ético cómo alimentar a 10 mil millones de personas en 2050, cuidando el medio ambiente; de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, 4 se refieren al agro.
De ahí también, como proponen expertos como Vilella y empresarios, la importancia de la investigación para aumentar la productividad, con tecnologías amigables con el ambiente y el desarrollo de la economía circular.
Fernando Flores Maio
Sociólogo, periodista y escritor. Director del Foro Ecuménico Social.