Debemos buscar nuevas formas en el modelo de economía de mercado economía.
La economía de Francisco (en referencia a San Francisco), del bien común, propuesta por el Papa, es hoy más necesaria aun, porque el problema mayor se centra en un modelo que ha provocado los desastres que vemos con la pandemia, que hay que transformar. Estas cuestiones se vienen debatiendo en los seminarios que el Foro Ecuménico Social viene realizando en la Argentina y España desde 2014, en el marco de la iniciativa vaticana Atrio de los Gentiles, con la participación de Stefano Zamagni.
En ese sentido es más válido el desafío que planteó el Pontífice con la extraordinaria iniciativa de Asís, que lanzó a académicos, empresarios y responsables políticos para encontrar nuevas formas en el modelo de economía de mercado, para que no solo continúe produciendo riqueza y garantice el desarrollo sostenible, sino que también se ponga al servicio del desarrollo humano integral. Según Stefano Zamagni (foto), presidente de la Academia de Ciencias Sociales del Vaticano, la economía de mercado actual postula la igualdad entre quienes tienen la intención de participar en ella, pero genera desigualdades en los resultados. “El sistema de bienestar debe ser regenerado (no es suficiente reformarlo) para atacar el escandaloso aumento de las desigualdades sociales”, afirmó, y añadió: “Es necesario ir más allá de las necesarias políticas redistributivas”.
Esto se ve con la actual pandemia: los países que tienen un mejor sistema de salud pública son los que registran menos muertos, como Japón, Alemania o Israel. Adonde hay más desigualdad y peores sistemas de salud pública, hay más muertos, como en China, Italia, España y ahora también Estados Unidos.
Es lo que el economista Zamagni explicó en una entrevista del diario L'Avvenire, al referirse a la actual pandemia, con respecto a Italia, y que vale también para España, la Argentina, y muchos otros países: falta de terapia intensiva, pocas camas, personal poco equipado y varias otras deficiencias, además de los recortes aplicados durante décadas en los sectores de la salud, sumados a que quienes hacen los negocios en estos temas obtienen grandes beneficios. Y también su propuesta para que una vez que termine la epidemia, todos contribuyan a la reconstrucción del sistema sabiamente y con una distribución justa de las cargas necesarias esta vez.
También muy importante es su propuesta de convocar al tercer sector, a tantas ONG que podrían ayudar y fueron excluidas de la acción en la emergencia.
Por otro lado resulta muy interesante lo que dijo el Papa Francisco, quien en declaraciones a la agencia argentina Telam se mostró "muy preocupado" por los efectos que la pandemia del coronavirus puede tener sobre el mundo del trabajo a nivel mundial, y anticipó que convocará al Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral para estudiar medidas que puedan mitigar las consecuencias negativas de la expansión de la enfermedad sobre el empleo.
Se debe tener en cuenta lo que señalan los expertos de la ONU: hoy vivimos en un mundo más rico, pero también más desigual que nunca, y quienes más lo sufren son los 800 millones que viven en la pobreza extrema. Latinoamérica es la región más desigual, y particularmente en la Argentina aumentó la brecha entre los de mayores y menores ingresos.
Estas cuestiones relativas al “bien común” se vienen debatiendo en los seminarios que el Foro Ecuménico Social viene realizando en la Argentina y España desde 2014, con la participación de Zamagni, y que continuaron en Madrid en febrero pasado (foto). Es lo que este Foro propone seguir analizando en los próximos meses, junto con el reconocido economista de la Universidad de Bologna.
Fernando Flores Maio. - Director de la Revista Foro E - Ecuménico Social. Sociólogo, periodista, escritor, curador, editor, vicepresidente de la Fundación Borges.
