Fomentar la confianza entre los empresarios y los académicos
Jorge Ader, presidente del Consejo Asesor del Centro de RSE y Capital Social (Facultad de Ciencias Económicas - UBA) y titular de TASA Logística, dijo que durante muchos años hubo prejuicios encontrados. Esta fue su ponencia.
He trabajado toda mi vida como empresario y como profesor universitario. Por eso me parece fundamental rescatar el llamamiento del padre Jean-Yves Calvez de fomentar la confianza entre estos dos sectores.
Cuando hablo de mi tarea empresaria hablo de la enorme responsabilidad, satisfacción y el enorme compromiso de ser miembro de una empresa familiar, que tiene 70 años de vida y ya va por la tercera generación y a la que le adjudico mucha importancia. Y la misma importancia le adjudico a la familia contemporánea.
Creo que en esta sociedad uno de los elementos que nos permiten generar expectativas serias de paz es precisamente la familia y que hay una suerte de acuerdo ecuménico en que la familia es la alternativa para que los seres humanos podamos respetarnos más, es un punto de partida insoslayable para que podamos convivir mejor.
He tenido la oportunidad de vivir intensamente la realidad de una empresa familiar. Como ustedes saben cerca del 70 % de las empresas familiares desaparecen cuando hay un reemplazo generacional. Que las empresas familiares sobrevivan por períodos largos es un compromiso grande y exige un gran esfuerzo. Fundamentalmente requiere confianza y que se mantengan sus componentes éticos, vinculados con la profesionalización permanente a la que el mundo de los negocios contemporáneos nos lleva.
Estoy hablando de un tipo de empresas que requiere un modelo de familia en la que los valores son importantes y donde la confianza es resultado de la cotidianeidad en la que se ejerce, con la humildad de los seres humanos, una suerte de justicia que se genera no sólo en los ámbitos familiares sino también en los empresarios.
La empresa familiar es un ámbito muy interesante que no solamente pone a prueba el desafío permanente de ejercer la confianza, sino que seduce a que uno lleve este tipo de vínculo. Pero ¿qué es la confianza? Es el respeto por el otro. Si uno no asume la presencia del otro, uno no existe.
Y la confianza es precisamente jerarquizar la presencia del otro, que, por supuesto, se vuelve particularmente relevante en el mundo de los negocios. Porque la empresa es un lugar muy importante para portarse bien. Es un ámbito de un enorme desafío y de un enorme compromiso. Desde un punto de vista profesional, la empresa familiar debe ser un ámbito de enorme exigencia, pero con un componente de confianza fundamentada, que no surge solamente de las relaciones sanguíneas, sino del compromiso de formar parte de esta institución contemporánea, que sirve como trinchera, que es la familia.
No es fácil generar confianza. Son muchos años de prejuicios encontrados, muchas veces desde el ámbito educativo, donde genéricamente se critica al empresariado e injustificadamente se critica el afán de renta que tiene el empresario. El empresario tiene un afán de renta razonable. El error es considerar que es su único objetivo y que esa renta le pertenece en su totalidad. Es su responsabilidad también ser artífice de la distribución de esa renta. Si nosotros lográsemos fomentar la confianza entre los sectores empresarios y los académicos, en el mundo de los negocios estaríamos generando un efecto multiplicador en la generación de riquezas, en ámbitos tan necesitados en la Argentina de hoy.