¿Qué hacer frente al embate?
Entre las tormentas políticas que azotan a Estados Unidos se desató una que quiere frenar la inversión sostenible y el uso de criterios ESG, o sea los factores ambientes, sociales y de gobierno corporativo que deben aplicar las empresas.
Diciséis Estados de EEUU ya embistieron contra los criterios de sostenibilidad, que hacen a una organización ética y socialmente responsable, simplemente porque no le conviene a las finanzas. Esta concepción de capitalismo despiadado está provocando reacciones.
José Luis Fernández, director de la Cátedra de Ética Económica y Empresarial en la Universidad Pontificia Comillas (España), que es miembro del Consejo Asesor Internacional del Foro Ecuménico Social, opinó que la polarización que existe en los Estados Unidos, un país sumido en un año electoral, es uno de los motivos que han espoleado el negacionismo de una parte de la población. Pero además apuntó al uso gratuito de la etiqueta ESG (greenwashing), y destacó la excesiva hipérbole que se le ha dado a la inversión socialmente responsable, tomando el nombre de la ESG en vano.
Esos rótulos, advirtió, a veces terminan convenciendo a la gente de que ahí hay poca sustancia y mucha cáscara. Y reveló que hay lobbies potentes que aprovechan esa coyuntura para consegir que políticos legislen, sin saber a qué se refiere cuando se habla de invertir con criterios de gobierno, de sociedad y de medio ambiente.
Esta banalización de la responsabilidad empresaria ha llevado a la desconfianza de muchos, que creen que las etiquetas o distinciones solo buscan un objetivo de marketing.
Las etiquetas fáciles generan desprecio. Por eso el Foro Ecuménico Social, que fue pionero en las acciones para destacar las mejores prácticas, siempre puso la mayor exigencia para otorgar premios. En 2002 le encargó al economista Adolfo Sturzenegger que elabore un Indice, que concretó con su equipo cuando aun no existían todos los criterios GRI y otros, y eso dio lugar a un cuestionario que sirvió para evaluar a las compañías que se presentan a los certámenes de ese Foro, con comités integrados por profesores y expertos de la Argentina, España, Italia y otros países, y con destacados jurados, como el propio Sturzenegger.
También el Foro auspició la edición iberoamericana del Premio Cosgrove “Etica en las finanzas”, que organiza el prestigioso Observatoire de la Finance de Suiza, dirigido por el economista Paul Dembinski.
De manera que frente al avance de una ola que en su mayor expresión algunos podrían inscribir en el “capitalismo salvaje”, es necesario que las etiquetas y premios respondan a una mayor exigencia, que los rótulos ESG no sean un vacío cartelito que se pega en el producto, y que los galardones se los lleven quienes realmente hacen reportes confiables, y no sean un mero folleto marketinero (como sucede a menudo).
Son muchos los que siguen valorando los ESG en el mundo. La Unión Europea obliga a informar al respecto y hasta China busca estar en sintonía con ellos y así no perder inversores. De las numerosas empresas que se presentan a los certámenes del Foro Ecuménico Social, la mayoría aspira a cumplir con esos criterios. De manera que el panorama continúa siendo alentador, a pesar de los embates que surgen desde sectores que lo único que piensan es en el máximo provecho económico, sin importarles las consecuencias sociales o los daños medioambientales.
Fernando Flores Maio
Sociólogo, periodista, escritor, director del Foro Ecuménico Social