Pensar creativamente cómo podemos hacer un país mejor
En la presentación de la segunda sesión de la Cátedra el Pastor Tomás Mackey hizo un llamado a la esperanza y a asumir la responsabilidad que le toca a cada uno para poder pensar que es posible una Argentina mejor. Estas fueron sus palabras:La presencia de un panel tan calificado me exime de mayores comentarios y casi me urge pasar a ellos. Cuando me hablaron de la posibilidad de este Foro inmediatamente me vino una palabra a la mente: esperanza. Es una de las palabras que más me animó, porque remite a un futuro, el que se espera, que todavía no se ha alcanzado. Pero si la esperanza se desconecta del presente ya no es esperanza; de alguna manera la esperanza tiene que vincularse y modificar el presente. Es lo que me llevó a participar en el Foro y luego, en conjunto con otros, a pensar en una cátedra ética. ¿Por qué? Porque la esperanza indica que queremos lograr algo que sentimos que todavía no está realizado. Cuando miramos a nuestra patria sentimos que hay tanto por hacer. Cuando miramos ese deseo y esa idealidad, y la ponemos en relación al presente argentino decimos: “aquí hay un gran desafío”. De manera que ese futuro viene hacia acá y trata de cambiarlo. La segunda palabra que me interesó fue “responsabilidad” y el nuestro es un foro ecuménico sobre responsabilidad social. Esa palabra me gustó porque me involucra personalmente. No solo queremos responsabilidad de otros sino comprometernos nosotros para lograr eso que visualizamos con la esperanza, eso que decimos que quisiéramos hacer.
Y eso es lo que buscamos con la cátedra, o sea, pensar cómo involucrarnos de manera que nos podamos dar cuenta creativamente de nuestros actos. No lo hacemos para los que nos quieran pedir cuentas sino desde la responsabilidad social que queremos asumir y el cierto honor que tenemos nosotros mismos de involucrarnos desde nuestras profesiones tan diversas, hasta el extremo de hacer de esa profesión, de ese involucramiento, algo que realmente nos haga sentir satisfechos y no avergonzados de lo realizado.
Cuando pensamos en la esperanza pensamos en algo que nos falta, pero que podemos ir alcanzando con madurez, con responsabilidad , con compromiso, por la patria, por la sociedad donde vivimos. Esto también exige nuestro pensamiento y nuestro involucramiento afectivo en todo lo que podemos hacer.
Muchas gracias por sumarse a nosotros, por ayudarnos a pensar creativamente cómo podemos hacer no solo un país mejor sino familias mejores, personas mejores, creyendo que no todo está perdido. Hay dos maneras de cortar la esperanza: una es pensar que ya no tiene sentido esperar porque aquí no hay nada que hacer y esa es la mejor manera de haber perdido la lucha. La otra puede ser tramposa, y es pensar que ya hemos alcanzado todo como si viviéramos en el mejor lugar. Nosotros queremos pensar que es posible una Argentina mejor y a eso apuntamos desde nuestra Cátedra.