La fundación que lleve el nombre de uno de los más destacados escritores argentinos ideó el Programa Abuelas Cuentacuentos, convocando a mujeres con vocación y deseos de leer cuentos a miles de niños carenciados, muchos de ellos aborígenes, de barrios periféricos o de comunidades marginales.
Sólo en Resistencia 58 voluntarios atienden cada semana con lecturas a unos 16 mil chicos en más de 60 instituciones escolares o comunitarias. También lo hacen en hospitales, geriátricos y en escuelas para adultos, institutos de menores y cárceles. El programa se replicó en más de 20 ciudades del nordeste argentino y de Latinoamérica. Allí la Fundación acompaña y respalda a más de 200 voluntarios que llegan semanalmente a más de 60 mil niños.