Expirado

El diálogo en la construcción 
de la paz social

 
Monseñor Oscar Ojea, como Obispo Auxiliar del Arzobispado de Buenos Aires, dijo que es indispensable, especialmente a través de los pequeños grupos, de las comunidades, apostar al ensayo continuo del diálogo. Esta es su ponencia: 


Quería transmitirles mi preocupación de estos primeros meses de Episcopado; hace muy poquito que soy Obispo, y algunas cosas que pude experimentar con la gente de la Vicaria Centro. Vivimos una violencia que respiramos continuamente, a veces en forma inconciente. No hace falta leer los diarios todos los dias los acontecimientos que hacen a la seguridad personal o colectiva para darnos cuenta que tenemos una enorme violencia contenida y muchas veces explícita.

La Argentina en este momento es el país que tiene el mayor porcentaje de suicidios. Antes ese lugar lo ocupaban los países Nórdicos. También es el país que tiene la mayor cantidad de muertos de menos de treinta años, la mayoría por accidentes automovilísticos. El tema de la velocidad tiene mucho que ver con el no querer detenernos a ver una cantidad de cosas, tiene que ver con la evasión en el fondo. La velocidad, y esta violencia que nosotros pisamos como si estuviéramos pisando una mina que en cualquier momento puede explotar, solamente puede ser entendida, canalizada a través de la construcción de un diálogo.
Nuevamente aparece el tema del diálogo como prioritario para la paz.

Quiero recordar brevemente con ustedes las condiciones del diálogo de las que nos hablaba el Papa Pablo VI en su primera Encíclica Eclessiam Suam. Enumerando algunas características del diálogo el Papa decía: el diálogo debe ser primero claro, debe ser fiel a la verdad que tenemos en la mente y en el corazón. En segundo lugar, tiene que ser afable, no puede ser prepotente, soberbio, un monólogo que busca imponerse a otro.

La tercera condición que ponía es la confianza, confianza en la escucha, que el otro pueda escucharme, que yo pueda ser escuchado por el otro. Esta condición es importantísima, ya que vivimos una situación de sospecha continua y rápidamente cerramos la persiana cuando pensamos que algo va a seguir un rumbo diferente. Y cuarto, decía el Papa, el diálogo debe ser prudente, debemos saber -por ese don del Espíritu que nos aconseja- cuándo hablar, cómo hablar, cuándo callar, cómo callar. La prudencia es como el amor hecho tiempo, el amor ejercitado a lo largo del tiempo.

Pero tenemos muchas dificultades para dialogar. Una de ellas es el miedo; y es el miedo justamente lo que produce la violencia. Tenemos miedo de ser aniquilados, de ser excluídos, de no ser reconocidos, de quedar fuera, al margen de esta gran sociedad global, tenemos miedo de quedar solos. No hablo solamente del miedo a la seguridad física. Es el miedo a una soledad mucho más profunda, mucho más honda, un vacío.

Ese miedo es el que nos coloca muros, barreras delante nuestro que nos impiden ver y aceptar lo diferente. La diferencia: para poder dialogar tenemos que aceptar la diferencia; los demás son diferentes, educaciones diferentes, historias diferentes, culturas diferentes. Vivimos en un mundo plural y la Argentina y América Latina -lejos de estar integradas politica, social y culturalmente- está tremendamente fragmentada. Vivimos en este momento una fragmentación enorme de nuestra sociedad. Cuesta integrarnos. Empezamos a integrarnos, o a querer integrarnos políticamente, y enseguida aparecen nacionalismos, dificultades, cosas que entorpecen el diálogo en nuestros mismos países.

Por un lado dá la impresión de que hay un movimiento necesario, vemos la necesidad del diálogo, de una unidad profunda , y por otro lado aparecen las reservas, los rechazos, los nacionalismos hondos, fuertes, el no querer escuchar, el no querer oír, el miedo a la diferencia.

Vivimos un mundo plural, una sociedad plural y tenemos que aceptarla como tal, como plural y el desafío de verla como diferente con aquel que yo no estoy acostumbrado a hablar un mismo lenguaje.

¿Cómo puedo aprender a hablar? ¿cómo puedo aprender a escuchar? ¿cómo puedo sortear la zanja que me separa de él? ¿cómo puedo apostar a una sana comunicación para el diálogo y para la paz?

En medio de todo esto se interpone una sorda lucha de poder que ya en América Latina está planteada a través del narcotráfico. Nosotros ya no somos en la Argentina un país de consumo de drogas como ustedes saben, sino que somos un país donde se comercializa y donde se vende la droga. Entonces este problema va produciendo poco a poco un deterioro tan tremendo entre los jóvenes, especialmente los de las clases más humildes, que ya van creando como dos naturalezas humanas. Por un lado, aquella naturaleza deteriorada mental, espiritualmente, con una mirada hacia el futuro en donde experimentan la vida como un constante estar al borde de la muerte, un constante tener que morirme en cualquier momento a costa de una banda, a costa de la policía, estar en el filo de la navaja, al borde del abismo continuamente. Y hay toda otra sociedad con un planteo de una cierta prospectiva de futuro a través de la informática, del desarrollo de la ciencia, de la técnica.

Estamos pisando esta violencia que aumenta cada día, que no sabemos a lo que puede llegar, a lo que podría llegar si la canaliza alguna forma de ideología. No podemos saber lo que puede pasar con esta violencia ciega, sorda, que aparentemente no tiene sentido, ni dirección, si en algún momento logra una canalización. Como tampoco sabemos lo que puede pasar con la violencia contenida cuando buscamos reprimir una violencia que ya no podemos soportar. No sabemos hasta dónde puede llegar el ser humano a través de esta agresividad, ira, inestabilidad consigo mismo, con la sociedad en la que vive. Por eso es indispensable, especialmente a través de los pequeños grupos, de las comunidades, apostar al ensayo continuo del diálogo. Lo merece la dignidad de la persona humana y por supuesto la fidelidad a la fé que profesamos

Expirado

El microcrédito genera un fenomenal cambio social
 
Arnaldo Bocco, Director del Banco Central de la República Argentina, señaló que hay un nicho de pequeña y micro empresa que podría ser un actor importante, que deberían prestarle atención quienes hoy se orientan al microcrédito. Esta es su ponencia: 


La introducción del microcrédito en la Argentina no es nueva. Hace mucho tiempo que viene operando casi como una relación entre iguales, entre personas. Institucionalmente es más nuevo, tendrá poco más de una década y media.

En los últimos tiempos si uno pudiera segmentarlo va a encontrar que hay diferentes tipos de instituciones involucradas en el microcrédito, por ejemplo organizaciones no gubernamentales que juegan un papel social positivo en la identificación de sujetos factibles de ser perceptores del crédito de pequeña escala.
Tenemos a su vez entidades internacionales que observan a actores sociales que también son sujetos de créditos, ya sea mujeres, familias, profesionales independientes o algunas adicionalmente que son portadoras de conocimientos, desde lo artístico hasta lo manual.
Lentamente empiezan a existir bancos de pequeñas dimensiones, incluso algunos más grandes, que encontraron también el nicho del microcrédito haciéndolo, por ahora, de manera exploratoria.

En el año 2006 el Banco Central estableció lo que se llamaron Regulaciones para préstamos de bajo valor, de tal manera de crearle a los bancos la menor cantidad de restricciones posibles, para que puedan prestar cifras bajas, montos variables, y posibilitarle el mecanismo de recupero del crédito en plazos, en períodos sumamente flexibles, de manera mensual, quincenal, semanal, y crear también condiciones necesarias para que esas regulaciones no obstruyan el sistema.
Es un gran desafío, ya que pequeños montos cambian realidades humanas de manera muy importante. Pero tenemos que ser muy francos, así como la Argentina en muchos campos está muy adelantada, hay países vecinos relativamente más rezagados y otros con instituciones más fuertes, que nos llevan décadas de ventajas.

Tenemos un caso muy conocido en un país vecino, rico en tradiciones y eficiencia. Encontramos ese hito muy importante en Chile, que es el surgimiento de una entidad privada, social, es un banco cuya historia resulta muy particular.
Como muchas experiencias europeas de tipo cooperativas artesanales y microindustriales, comenzó siendo creado en Santiago por la Iglesia, que enfrentó a la dictadura y necesitaba tener un mecanismo de manejo de sus recursos para el pago en los colegios a los maestros de las escuelas católicas. El Cardenal Raúl Silva Henríquez solicitó la apertura de un pequeño banco y al mismo tiempo con los depósitos financiaba pequeñas viviendas populares (El Banco de Desarrollo, en efecto).

De allí un poco más tarde se avanzó al microcrédito, y hoy ese banco debe tener un Activo del orden de mil quinientos millones de dólares, donde ya no son los actores sociales chilenos excluyentemente los propietarios sino el BID, el Fondo Monetario Holandés, que es un organismo del Estado de Holanda que financia el desarrollo económico, y otras instituciones de esta naturaleza, sumado a los miles de depositantes, quienes finalmente terminan siendo personas físicas o jurídicas involucradas en el financiamiento de estos pequeños créditos.
Creo que nosotros tenemos mucho por aprender, aquí está el Estado Argentino que vuelca recursos al microcrédito, hay entidades que los perciben, así como hubo un banco de los pobres que trató de emularse en distintos ámbitos geográficos del país jugando papeles muy activos desde el Gran Buenos Aires hasta Mendoza, desde Jujuy hasta la Patagonia.

A mi juicio hay un nicho de pequeña y micro empresa que podría ser un actor importante que deberían prestarle atención quienes hoy se orientan al microcrédito, que a veces no son ni sujetos del crédito ni si quiera del sistema informal que hay en la Argentina. Por lo general buena parte de esas pequeñas empresas, microemprendedores, son comunidades económicas de las más eficientes porque tienen niveles de productividad alta, son tecnológicamente innovadoras y a lo mejor son de una escala muy diminuta, pero tienen un papel muy importante; pueden ser un artesano, un artista, un profesional, un transportista, en fin, hay una gran cantidad de personas que han comenzado así.
Recuerdo el caso de una empresa familiar, de una familia tremendamente humilde, donde la portadora de la iniciativa fue una mujer. Ella con un crédito de quinientos pesos constituyó una fábrica de sillas que fue recuperando el marido y los dos hijos. Al cabo de quince años las sillas hoy se exportan a Europa y tiene empelados y arquitectos. Esos ejemplos también existen en nuestro país, son menos conocidos, pero están allí, sólo hay que potenciarlos. A veces las entidades financieras esperan a los clientes potenciales, en el exterior, la experiencia es más agresiva, las entidades van en busca de sus clientes, no despachan crédito, lo ofrecen.

La ventaja que tiene la inserción de recursos crediticios es que la incidencia es inmediata porque la persona a los tres, cuatro o seis meses amortizó el crédito, tiene capacidad de endeudamiento futuro nuevamente, en cuanto crece contrata en el mercado de trabajo a más personas, amplía la base productiva, por pequeño que resulte, expande la dotación de capital (lo que le permite mejorar la productividad y tener ganancias, eso se ve mucho en las comunidades campesinas de los Andes ecuatorianos o en Colombia), enseguida reinvierte y ese progreso, se percibe no solo en la calidad de su vida, en la educación de sus hijos, de lo que desea para su satisfacción individual, en términos de la relación hombre trabajo, sino también como empresa porque pasa a ser socialmente más eficiente.

Cuando ustedes miran una cadena de producción, y ven una gran industria, siempre el abastecedor mientras más pequeño mejor, porque ante incidentes financieros reacciona con más velocidad que en el sentido que reacciona la gran empresa. Por ejemplo el productor de leche que le va a entregar desde un tambo a la empresa láctea, va a reaccionar siempre en forma mucho más veloz y más eficientemente que la industria láctea, por las características y dimensiones culturales que adhirió a lo largo de generaciones previas que le fueron transmitiendo el conocimiento y la especialización. De manera que cada peso que se destine a una inversión de esta forma social y económica, genera progreso y un fenomenal cambio social

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Cooperación cultural entre España y la Argentina
 
María Kodama, presidente de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges, se refirió a la relación entre España y Borges como una compleja tarea y dijo que como todo vínculo este lazo también está teñido de contradicciones. Esta es su ponencia: 


Si nos preguntamos qué es necesario para establecer una cooperación, la respuesta sería es necesario que exista el trabajo compartido, con fuerza y alegría; son necesarios también ideales comunes que permitan establecer esa alianza, creando vínculos. En el caso de la cooperación cultural entre España y la Argentina el vínculo más fuerte e indestructible es la lengua. Los sonidos de una lengua diferenciados y misteriosos, son los primeros que llegan a un ser humano desde su nacimiento, esos sonidos articulándose en palabras y separándose en estructuras harán a través del aprendizaje de ese ser un hombre con toda su posibilidad de comunicarse y de expresar sus necesidades inmediatas. A través de ello le será dado también a algunos la clave para crear un universo, el universo del arte a través de la palabra, es decir el mágico universo de la literatura.

Nadie mejor que Jorge Luis Borges para ofrecernos ese hilo conductor que marcará la entrada y la salida de ese laberinto que son las distintas lenguas que paradójicamente son las que nos facilitan el acceso a esas culturas con las que deseamos establecer los vínculos de cooperación, esos vínculos que van a enriquecernos y van a enriquecerlos aún más. Borges contaba que antes de tener uso de razón sabía que debía dirigirse de un modo a su abuela paterna y de otro modo al resto de su familia. Mucho más tarde supo que esas formas correspondían a dos lenguas distintas: la inglesa y la española. Las lenguas que marcan lo más íntimo del ser de manera indeleble obrarán lenta y subterráneamente, y al decantarlas producirán esa literatura única, esa literatura que lectores, escritores, críticos de América y de España consideran que ha cambiado el rumbo de la literatura en lengua española. Esa dualidad trazará en su vida algo semejante a un laberinto, es decir un camino que “tercamente se bifurca en otro, que tercamente se bifurca en otro”.

Los primeros recuerdos que tiene son los de la biblioteca de su padre, círculo mágico que encerrándolo le daba paradójicamente la extraordinaria libertad a través de la lectura y de la imaginación. Del otro lado de las rejas de ese jardín de su casa en Palermo atisbaba un mundo hecho de compadres y de violencia que le llegaba del exterior, mientras que en la sala lo aguardaba el otro mundo hecho de batallas y de gloria, narrado por los suyos.

Los rostros de sus antepasados lo contemplaban. Todo eso iba dejando su huella en el alma de ese niño que llegado a la adolescencia marchó con sus padres a Europa sin saber que los sorprendería la Primera Guerra Mundial, que cursaría su bachillerato en Ginebra, que no terminó, y que descubriría un mundo diferente hecho de comprensión, de respeto y de cooperación. La experiencia en Ginebra marcará su manera de pensar, su vida, su obra. A pesar de recordarla en la Exposición de la Actual Poesía Argentina organizada por Pedro Juan Viñales y César Tiempo como una “época sin salida, hecha de garúas y que recordaré siempre con algún odio”; el paso del tiempo hará que ese sentimiento natural en alguien que tuvo que dejar la patria siendo un niño a la que vuelve hombre vaya modificándose. Digo que ese sentimiento es natural porque a su regreso Borges debe acercarse a su país, y se dedicaría a cantarlo, redescubrirlo y fundarlo.

Tendrá que separarse de Europa, de esa formación europea, para adquirir su propia identidad sin rechazar ese pasado que todavía es casi presente en él.

Una vez afirmado, los recuerdos de sus años en Europa cambian, y surge nuevamente el amor y el reconocimiento de esos años trascurridos en Ginebra que considerará como algo fundamental en su vida y en su formación intelectual.

No menos importante que la etapa que le sigue a Ginebra es su llegada y estadía en España. Es en Mallorca, en Sevilla, en Madrid donde entrará en contacto con los escritores y poetas de la época. Permanecerá en España entre 1918 y 1921, fecha en que volverá a Buenos Aires.

Hablar de la relación entre España y Borges es una compleja tarea y como todo vínculo este lazo también está teñido de contradicciones. A lo largo de su vida, podemos distinguir el trazado de un laberinto hecho de aproximaciones y de rechazos, y que nos ofrece a pesar de todo un hilo conductor, su admiración inquebrantable por Cervantes, Quevedo, Manuel Machado, autores a los que guardó fidelidad a través de los años.

De sus años en España va a conservar un recuerdo muy especial, sobre todo para un amigo que muere en plena juventud al que conoce en Palma de Mallorca y con quien mantuvo una intensa correspondencia, Jacobo Sureda.

De los noches de bohemia madrileña pobladas de tertulias donde se discutían hasta el alba temas literarios y filosóficos, Borges guardó y atesoró un nombre: Rafael Cansinos Assens.

A más de 60 años de distancia, en San Pablo, Borges se refiere a él como su maestro. El relataba y me relataba siempre las largas caminatas que con un grupo de jóvenes hacia por las noches luego de las tertulias en el café colonial, sede indiscutida de Cansinos.

Quizá lo que deslumbró a Borges fue el hecho de que al ser presentado Cansinos con una voz cadenciosa le dijo que podía saludar a las estrellas en 33 lenguas. La relación entre los jóvenes y el maestro se dará a la manera de los diálogos socráticos donde se entrelazarán las etimologías y el lúcido y claro razonamiento.

Rafael Cansinos Assens es el que acuñó el término ultra, fue el promotor del ultraísmo a fines de los años 10 o inicios de los 20.
El primer manifiesto ultraísta es de 1918 y ahí decía: “nuestra literatura debe renovarse, debe lograr su ultra”; su nombre aparece en las revistas que lanzan y apoyan el ultraísmo: Iglesias, Cervantes, Ultra.
Cabe destacar que la obra de Cansinos parece no tocar la estética vanguardista y en esto hay también un paralelismo con la obra de Borges, hay una actitud contradictoria en Cansinos que va también a encontrarse en Borges.
Cansinos critica el siglo XIX y a los vanguardistas del Siglo XX, crítica a todos los jóvenes poetas que se encartonan en su novela “La academia de la lengua”, y así no siente el agotamiento de las escuelas pasadas. Pero lo que en realidad ataca son los principios estéticos de la vanguardia en general, centrándose en el ultraísmo español.

En medio de toda esta conjunción de ideas va a producirse el encuentro con Hispanoamérica, a través del chileno Vicente Huidobro que llegaba de París con las ideas futuristas y de Jorge Luis Borges que llegaba desde Ginebra para introducir en España el expresionismo alemán. Borges descubre a través del aprendizaje de esa lengua a los poetas expresionistas alemanes a los que va a permanecer fiel toda su vida y a los que va a traducir introduciéndolos entonces en España.

Para Borges la traducción tenía un valor fundamental, ya que es el único vínculo para poder expandir justamente una cultura y hacerla conocer a la otra.
La relación de Borges y de Cansinos es riquísima, tienen ideas en común, gustos en común y la añoranza de poseer una gota de sangre judía. De hecho Cansinos se convierte ya adulto al judaísmo. Pero sobre todo lo que los une es la misma posición crítica y escéptica frente a la vanguardia, actitud contradictoria sobre todo en Cansinos, creador del ultra.
¿Qué motivó a Cansinos y a Borges a no marcar sus obras como producto de un ísmo? Ambos se sienten atraídos por lo nuevo, a lo que se entregaron con fervor pero no sin cierta resistencia; ambos no quieren el rechazo de toda una tradición de los mitos, de la ironía y del humor. Los dos son poseedores de una sabiduría que saben que se enriquece con los matices.
Cansinos es conciente de que toda forma nueva trae consigo un contenido renovador. Es en España donde Borges comienza a publicar sus poemas ultraístas y en aquellas revistas que le dan acogida al movimiento, pero Borges llevará a España y difundirá a los poetas alemanes.

¿Cuál es esta pasión que tiene Borges y que nos entrega en su último libro, Los conjurados, que es también un homenaje a Ginebra? Justamente es a lo que él aspira y deja flotando esa idea para que la humanidad de algún modo la tome y la entienda. Y es el haber podido comprender en esos años de su vida en Ginebra de qué manera recibieron a los refugiados de la Primera Guerra Mundial, y el respeto también hacia el extranjero. Recordaba que cuando sus profesores lo llamaban, como pronunciaban su apellido a la francesa, Borges no entendía que se referían a él, y después de muchos años sus compañeros le contaron que habían presentado una nota al director para pedirle que no fueran con él tan severo como con ellos, porque Borges era un extranjero que estaba aprendiendo el idioma.

Lo que más admiraba él eran dos cosas: el hecho de que países que tenían distintas lenguas y distintas religiones por un acto de voluntad, sin perder su lengua, sin perder su fe, convivieran en un país al que llamaron Suiza. Y otra cosa que le encantaba era que los suizos si le preguntaban no sabían el nombre de su presidente, cosa que le parecía genial, acostumbrado a las costumbres de los países latinoamericanos.

El pacifismo de los poetas expresionistas lo lleva a unirse a ellos ante el rechazo y el horror por la muerte, y como la mayoría de los jóvenes de grupos expresionistas se volcó hacia la utopía socialista encarnada en la revolución del 17 pero luego va a darse cuenta que hay campos de concentración, que todo es un horror y va a romper con toda esa corriente política.

De la lectura de los expresionistas saldrá uno de los pilares de la poética de Borges, la imaginación es total, es tan importante lo visible como los espejos de la realidad emotiva y pasional. La objetividad se subordina a la sensibilidad que rige la creación.
Más adelante Borges nos va a dar tres primeros libros, y en esos tres primeros libros, cuando el llega a Buenos Aires va a tratar de recuperar a su ciudad. Luego se dará cuenta de algo que es fundamental; él dice que compra dos diccionarios de argentinismos para poder escribir en argentino y luego advierte que él mismo no entiende las palabras que ha puesto en sus escritos y a partir de allí decide que todo ello es absurdo. El va a cambiar e incluso va a denostar esos primeros libros justamente por encontrarlos totalmente absurdos. Sin embargo esos libros son leídos en la facultad y están en las bibliotecas. Son libros importantes para entender la evolución del pensamiento de Borges.

Finalmente Borges se pregunta, ¿qué zanja insuperable hay entre la lengua española y la nuestra, argentina? Ninguna, la diferencia tan sólo es de matices, de connotaciones; considera que esa diferencia de matiz es suficiente para unir la patria. La obligación de cada uno es dar con su voz, mientras que el deber de los escritores es aún más fuerte que para los demás.

San Pablo definió la fe como sustancia de las cosas que se esperan, demostración de las cosas no vistas; Borges dice que él traduciría eso como recuerdo que nos viene del porvenir y agrega: la esperanza es amiga nuestra y esa pequeña entonación argentina del castellano es una de las confirmaciones de la que nos habla. Toda esa suma de elementos contradictorios nos entrega a un Borges aparentemente desgarrado, entre tradición y vanguardia, universalismo, cosmopolitismo, criollismo. En resumen nos da la complejidad de los matices que constituyen la imagen de todo ser humano.

Expirado

Las microfinanzas en la Argentina
 
Marta Bekerman, Profesora de Desarrollo Económico de la Universidad De Buenos Aires. Presidente de la Asociación Civil “Avanzar por el Desarrollo Humano. Investigadora Principal del CONICET. Esta es su ponencia: 


Cuando damos créditos a los habitantes de villas de emergencias, hay una clara relación “yo- tú” de absoluta paridad, en la que consideramos a cada persona como un ser humano con potencialidades, con capacidades y lo que nos interesa es desarrollar esas capacidades. La pobreza no es un problema esencial de falta de ingresos; si le sacáramos todos sus ingresos a Bill Gates no creo que tuviera problemas en recuperarlos rápidamente.

El economista Amartya Sen, Premio Nóbel, dice que el desarrollo esta ligado a la expansión de las capacidades de las personas porque esto es lo que les da la libertad, la posibilidad de elegir el tipo de vida que estas personas quieren hacer.
Cuando pensamos desde la ONG “Avanzar por el desarrollo humano” dar crédito a gente de villas de emergencias muchos nos planteaban sus dudas. Se trata de los sectores más bajos de la escala social, que nunca tuvieron acceso al crédito o bien lo tienen a través de usureros que les cobran el 1500 % de interés anual. Esta es una pequeña utopía que se está desarrollando, en este momento, en 6 villas de emergencia en donde estamos trabajando. Esperamos que se convierta en una realidad aún más grande, y expandirnos a otras zonas en la medida de nuestras posibilidades.

En la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA soy profesora con dedicación exclusiva, he escrito muchos trabajos, papers, artículos, libros, y me di cuenta en el año 2000 que la situación de la gente estaba cada vez peor. O sea que nosotros discutíamos mucho de teoría económica pero la gente se moría de hambre. Entonces pensamos cómo hacer algo que sirviera inmediatamente a la gente, y de ahí viene la idea de esta inicial utopía. Así algunos investigadores de la facultad empezamos en el año 2000 a reunir dinero, para ver si esto era posible. Luego conseguimos el apoyo de un banco de la zona de las villas en el àrea de Lugano, Soldati, el Bajo Flores, Ciudad Oculta, y Mataderos. Efectivamente logramos que el banco Credicoop aceptara que la gente fuera a recibir sus créditos y a pagarlos ahí. Así la gente va aprendiendo a bancarizarse.

Creo que se está demostrando que, cuando hay ganas y voluntad , las utopías son posibles. Que esta relación “yo-tú” también es posible, porque nosotros no solo damos crédito sino que apuntamos al desarrollo de capacidades. En esa línea damos un curso de costos, que es obligatorio, lo tienen que hacer todas las personas antes de recibir el crédito, ya que es un problema esencial para el manejo del negocio. También formamos muy bien a nuestros oficiales de crédito para que sepan evaluar proyectos. Son proyectos muy simples, pero trabajamos con ellos y no les damos el crédito hasta que estamos convencidos de que su proyecto funcionará bien. Es importante, insisto, el desarrollo de las capacidades. Eso es mucho más importante que la entrega de fondos . Es una diferencia esencial: darles la caña de pescar y no el pescado.

Además desarrollamos tareas de interacción social. Por ejemplo tenemos encuentros con las mujeres de las villas que se llaman “Amasando sueños”, donde vamos a amasar todas juntas y contar nuestras ilusiones, nuestras ganas de cambiar cosas. Hablamos de los problemas, de cómo podemos mejorar la institución, mientras amasamos. Es una manera de que la gente no solo venga a pagar el crédito, sino que empiecen a entender que nuestra institución está preocupada por lo que les pasa. Nuestra institución otorgó ya alrededor de 5000 créditos. Esto que empezó hace pocos años por una iniciativa que tuvimos desde la Facultad junto a estudiantes de mi cátedra, incorporó luego en su staff a prestatarias, a personas que son habitantes de los barrios, y también a los estudiantes para quienes trabajar allí es muy enriquecedor ya que le da una proyección social a lo que están estudiando.

Mas del 50 % de la población a la que nosotros llegamos estaba bajo la línea de la pobreza y también por debajo de la línea de indigencia. Esto va cambiando. Los préstamos para la gente muy pobre son más complicados, ya que necesitan mucho más apoyo para el desarrollo de su emprendimiento.
Tenemos un fuerte peso de las mujeres; el 72% de nuestras prestatarias son mujeres. Encontramos en ellas una actitud más abierta para cumplir con los requisitos que nosotros les planteamos. En la medida en que a las mujeres les va bien en algunos casos se fueron incorporando después los hombre, y después viene ellos a pedir. Además se dan cambios en las relaciones sociales. Una mujer dijo que el marido la estaba tratando mejor porque traía dinero a la casa. Hacemos encuestas de impacto y en todos los casos encontramos una mejora muy fuerte en los ingresos del emprendimiento, lo cual les permite aumentar los gastos del hogar.
Apuntamos también a lo que llamamos empoderamiento de las mujeres, cómo aprenden a tomar decisiones y aumentar su autoestima. En general van adquiriendo una visión más optimista del futuro.

Nuestros prestatarios tienen una muy baja experiencia crediticia, o la tienen únicamente con el usurero de la zona. Su inserción en el mercado es, generalmente, muy precaria, venden a través de las ferias informales, en su propia vivienda o en forma ambulante.
Hemos armado grupos de capacitación por actividades. Hay que potenciar estas microempresas con capacitación pero combinada con más demanda, y así aumentar sus niveles de productividad.
Los países asiáticos de industrialización reciente recurrieron mucho más al aumento de la productividad y por eso gastaron tanto en educación, desarrollando sectores intensivos en trabajo calificado que permitieran emplear a más personas y elevar su nivel de vida.

Los microcréditos en la Argentina se han desarrollado muy poco por distintas razones. Una es que hasta principios de los 90 era un país bastante distinto del resto de América Latina, teníamos un mercado de trabajo asalariado bastante estructurado, no existía un gran problema en relación al desempleo. La microempresa surge en la Argentina como en otros países de América Latina como una respuesta a la falta de trabajo formal, y cada vez se desarrolla más porque a partir de las nuevas tecnologías los trabajos que tienen más demanda son los más calificados. A la gente que quedó pobre, a los pobres estructurales, a esas generaciones que no tuvieron acceso a la educación, les va a resultar muy difícil incorporarse al mercado de trabajo con empleos de calidad. Por eso hay que hacer una política económica que tome en cuenta la situación de los distintos sectores tomando en cuenta los problemas derivados de la pobreza. Tiene que jugar en esto el desarrollo local, ver las necesidades de cada grupo humano y ver cómo se las enfrenta.

En ese sentido el microcrédito es importante, pero aún se desarrolló poco en la Argentina. En un estudio que hicimos encontramos que habría un potencial de un millón trescientas mil personas que necesitarían el acceso al crédito. Con las instituciones existentes y con dos programas públicos no se debe cubrir más de 50 mil, de manera que estamos en un 3% o 4% de penetración, de respuesta a las necesidades de la demanda de microcréditos. Esto nos demuestra que hay un tremendo potencial de expansión.

Hay que exigir a las instituciones de microcrédito eficiencia y transparencia pero sería menos exigente con el tema de la sustentabilidad, para impedir que las tasas de interés sean muy altas. Tenemos que apuntar a la sutentabilidad del microempresario; en la medida que les demos las tasas de interés lo más bajas posible vamos a asegurar su sustentabilidad. En este sentido el Estado no puede estar ausente. El Estado da subsidios para pymes, para autopistas, y una alternativa es que subsidie para potenciar el microcrédito, en la medida, sobre todo, que se puede ir reemplazando a los programas asistencialistas que son más caros que los microcréditos. Son muchos más caros porque son programas que se dan permanentemente y que no ofrecen salida. El crédito se va devolviendo. No se puede comparar subsidiar una tasa de interés de un crédito con los programas asistenciales. Sobre todo por el impacto sobre la persona, que se siente activa y digna

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Indigenismo y choque de culturas
 
Rosendo Fraga, Director del Centro de Estudios Nueva Mayoría, advirtió que empiezan ya los problemas, que se está produciendo el choque del movimiento indigenista con la religión católica, y hay un sentimiento antieuropeo mucho más marcado que antes. Esta es su ponencia: 


Un tema de la historia que me ha interesado mucho es el de la esclavitud, la convivencia de todas las religiones y de todos los sistemas políticos prácticamente con la esclavitud hasta comienzos del siglo 19. Si hoy hay algo que nos parece atroz es la esclavitud, que alguien sea dueño del cuerpo de otra persona, que alguien pueda disponer al antojo del cuerpo de esa persona. Hoy para nuestros valores nos parece una de las cosas más aberrantes y más atroces. Sin embargo miramos la historia y la esclavitud fue lo normal para gente muy inteligente, para gente muy liberal, para gente, incluso, de gran cultura.

Hay un trabajo muy interesante de una investigadora inglesa, que profundiza la convivencia entre el cristianismo y esclavitud los cinco primeros siglos del cristianismo, cómo se va incorporando, cómo se va procesando. La esclavitud tiene referencias en el Viejo Testamento. No tiene prácticamente referencias en el Nuevo Testamento, pero en ningún pasaje ni en ninguno de los 4 Evangelios y de las epístolas hay un solo cuestionamiento, una sola crítica a la esclavitud, que era la base del sistema económico de Oriente y Occidente.

Me pongo en el punto de vista de hoy y la esclavitud la condeno pero ni las religiones las condenaron, ni la Revolución Francesa, ni la Revolución Americana. ¿Puedo condenar a cualquier persona que haya vivido antes del comienzo del siglo 19 por haber sido dueño de esclavos, por haber convivido con la esclavitud? Esto demuestra que si no ubicamos en su tiempo y espacio los procesos y la cultura, corremos el riesgo de no entender.
En enero, en Pekín, me decía un cientista político chino: nosotros los chinos tenemos que reconocer que en los últimos doscientos años la democracia ha sido un sistema de gobierno que le dio algún resultado a algunos pueblos de Occidente. Mire cinco mil años, están casi por el año cuatro mil ochocientos, mire cuál es el sistema político que ha dominado, mire el mundo, y usted se va a dar cuenta que la democracia es un momento muy preciso de la historia en una región muy precisa. Esta visión que da la historia creo que es absolutamente fundamental.

Hay una frase de Borges que me hizo pensar mucho, que está en unas conferencias que dijo en la Asociación Freudiana. Dijo: “el cristianismo es una mezcla, combinación de una filosofía occidental y una religión oriental”. La occidental, la griega -ya sea la vertiente aristotélica con Santo Tomás, la vertiente platónica con San Agustín o San Pablo-, con una religión oriental.

El cristianismo es algo absolutamente central de la identidad de Occidente. Pero si uno se ubica en un tiempo y espacio, lo que hoy es Occidente era absolutamente politeísta. Es en Oriente donde comienza el monoteísmo. Muchas de las cosas como las vemos hoy, hay que hacer muchas veces el esfuerzo y mirarlas de otra manera.
Muchas veces estamos mirando lo que pasa en Oriente, el conflicto con el Islam, y quizás no percibimos los fenómenos que están pasando muy cerca nuestro y que tienen mucho que ver con este fenómeno del diálogo de culturas, conflicto y encuentro de culturas, civilizaciones, etc.

Cuando en 1992 se conmemoró el 500º aniversario del descubrimiento de América, el gobierno de Felipe González, tras una serie de estudios, acuñó este término: encuentro de culturas; dos culturas se encontraron. Y de este encuentro de dos culturas yo puedo tener dos visiones, dos significados absolutamente antagónicos. Puedo decir, con una visión positiva, que América Latina ha sido el mayor proceso de mestizaje de la historia. Y puedo decir con otra visión que fue el mayor proceso de violación de la historia.

Hoy el indigenismo en América Latina empieza a ser lo que lo era en el siglo 18, empieza a ser una motivación, un valor, un centro de cuestionamientos. Están surgiendo, reapareciendo, conflictos y cuestiones que en realidad habíamos pensado que estaban absolutamente superados, olvidadas, o que no existían en nuestra región. Quizás a los que vivimos en Buenos Aires nos parece que es un problema no presente, porque esta ciudad es de alguna manera una isla en América Latina. Si la miro desde lo que implica su etnia es una ciudad que a comienzos del siglo 20 un 60 % de su población había nacido en Europa, con lo cual vivimos una situación muy particular. Pero en Bolivia más del 50% de la población es indígena pura, y mestiza más de un 40 %; la población puramente europea es de menos de 10%. En Perú, Ecuador y Guatemala la situación es similar, y en Venezuela y Colombia un poco menos.

En América Latina, de unos 470 millones de habitantes, la población europea pura no pasa del 15 o 18%, y está muy absorbida por una cultura predominantemente occidental en su matriz religiosa, el catolicismo, y en su matriz cultural, a través de un sistema educativo y una lengua que es tan importante en el diálogo y la comunicación.
Pero esto está empezando a cambiar, y puede pasar a ser un conflicto. Hay que anticiparse para que el diálogo sirva para impedir el conflicto.

En Bolivia, por ejemplo, en las poblaciones indígenas se establece el derecho del código penal aymará, que es totalmente diferente al Occidental. Se reúne el pueblo y en asamblea vota la pena del delincuente; puede imponer penas físicas. Esto puede parecer una aberración, pero si observo los procedimientos penales occidentales del siglo 11 al 16 me encuentro con que la pena física era el derecho penal. Cuando la Inquisición en su procedimiento incorpora la tortura, la toma de la legislación común. Tuvimos un caso muy interesante y dramático en la provincia de Salta con un indígena wichi que convive con una mujer y viola a la hija de la mujer de nueve años, que vive en la casa. La mujer lo denuncia en la Justicia y va preso. La Justicia le impone una pena de algo así como cinco años por violación. La Corte de Salta devuelve al Juez de primera instancia la causa, porque considera que no ha valorado adecuadamente que en las creencias wichis fecundar una menor es un acto de adoración a la divinidad. Pero la otra parte no tiene la misma creencia. Se puede decir que es un caso aislado, pero empieza a anticipar los problemas que pueden comenzar a venir. Porque en el mundo de hoy las etnias viven mezcladas y es comprensible, pero quizá la población aymará puede querer volver a su derecho, que a lo mejor tiene una matriz cultural del siglo 13 ó 15.

Bolivia es un laboratorio muy importante de fenómenos que pueden trasladarse a otros planos de América Latina. A dos presidentes, el boliviano y el ecuatoriano, les han impuesto los símbolos del poder la autoridad religiosa indígena, así como muchas veces vimos que el rey los recibía del Papa.

En América Latina tenemos hoy algo así como 37% de la población bajo el nivel de pobreza, pero vive bajo el nivel de pobreza más del 90 por ciento de los indígenas. Estas realidades étnicas se asientan en realidades sociales. En América Latina pobreza y población indígena es prácticamente un sinónimo.

Fue muy interesante una conversación que tuve con la máxima autoridad religiosa aymará en Bolivia, que es el que le dio los atributos del poder a Evo Morales. Me contó el proceso de conversión religiosa de Evo Morales, porque él era un indigenista social pero no religioso; no participaba del culto aymará. Es como pasa con muchas de las personas de las religiones monoteístas: son socialmente de esa religión pero no profesan el culto. Cuatro meses antes de ser electo presidente Morales se acerca al consejo de ancianos aymará a pedir ayuda para llegar a la presidencia, para transformar el país, y ahí empieza a convertirse a un indigenismo religioso. Por eso hemos visto a Morales con su propio cuchillo abriendo una llama y ofreciéndola en homenaje a la divinidad aymará, asumiendo los ritos.

En la región empiezan ya los problemas, se está produciendo el choque del movimiento indigenista con la religión católica, y hay un sentimiento antieuropeo mucho más marcado que antes. En América Latina tuvimos una capacidad mucho mayor que en otras regiones del mundo para terminar generando una síntesis. Por eso urge que discutamos este tema, que discutamos políticas y acciones

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