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Religiones

Defensa de la dignidad humana y el trabajo.

Columna en la revista Noticias:

El mismo lo aclaró, se llama así recordando a León 13, que afrontó la cuestión social en la primera gran revolución industrial. Ahora su Iglesia responde a los desarrollos de la inteligencia artificial, “que comportan nuevos desafíos en la defensa de la dignidad humana, de la justicia y el trabajo”, destacó el actual Pontífice.

No es un tema nuevo en la Santa Sede. Francisco 1° lo enfocó en su papado. No se trata de frenar ese desarrollo sino de lograr que beneficie a la mayor cantidad de gente.

Ya en 2018 se analizó en un seminario que hizo el Foro Ecuménico Social en el Vaticano, con el economista Stefano Zamagni (profesor de la Universidad de Bolonia, asesor de los Papas Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco 1°, presidente de la Academia de Ciencias Sociales del Vaticano), con el Cardenal Peter Turkson, directivos de empresas y académicos de Argentina, Chile, Méjico, Italia y España.

En las conclusiones presentadas al Papa Francisco, se señaló que “nos enfrentamos en este tiempo a uno de los cambios más grandes de la historia de la Humanidad: la globalización en un mundo digital”, y que “la 4ª Revolución Industrial está aportando nuevas tecnologías que pueden ayudarnos en el proceso productivo y que, por ahora, no conocen límites y se implantan con celeridad sin tener en cuenta la eventual pérdida de puestos de trabajo”.

Luego algunos participantes asistieron a una audiencia privada en la que pudieron saludar al Papa Francisco, y el Cardenal Pietro Parolin (muy citado como “papable”) las elogió, señalando el “esfuerzo en la lucha contra las desigualdades y el comportamiento ético dentro del sistema económico y financiero mundial”.

Esos son dos puntos claves para analizar el fenómeno de la Inteligencia Artificial. La IA está aumentando las desigualdades entre los que pueden usarla y los que no tienen a su alcance los beneficios de la nueva revolución industrial. Por otro lado, plantea dilemas éticos en la economía, en cuanto a cómo se utilizan esos avances.

No se trata de frenarla, lo cual sería imposible, como no se pudieron frenar las otras revoluciones industriales.

Es cierto que ofrecen grandes oportunidades, no solo a países desarrollados sino también a los que buscan crecer. Argentina, por ejemplo, es líder regional en la economía del conocimiento, tiene la mayor cantidad de unicornios tecnológicos, con un peso de más 5 % en el PBI, con más del 7 % de las exportaciones, con lo cual el rubro es el tercer exportador del país.

Pero cómo puede avanzar la IA en el mundo cuando el 32% de la población mundial no tiene acceso a internet y el 45% no posee un smartphone. Esto lo advertía Jorge Lukowski (Neoris) y se analizó en una masterclass del Foro Ecuménico Social, sobre la economía naranja, que es la que tiene que ver con las nuevas tecnologías, la innovación y la cultura, en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA.

Por eso en el seminario citado, en el Vaticano, se propuso que la educación sea uno de los principales objetivos estratégicos en un mundo digital. “Las universidades están llamadas a ser laboratorios de diálogo y de encuentro al servicio de la verdad, de la justicia y de la defensa de la dignidad humana”, acotaron. Allí intervinieron catedráticos de varias universidades (Università di Roma Tor Vergata, Università Cattolica del Sacro Cuore, Universidad Pontifica de Salamanca, Universidad Nacional de La Plata), y directivos de empresas.

Pero continúa siendo una asignatura pendiente, que el Papa León 14, una persona de una gran cultura y sabiduría, impulsará. Será seguramente un digno continuador del proceso que iniciaron un intelectual, Ratzinger, y un pastor, Bergoglio.

Fernando Flores Maio

Sociólogo, periodista, escritor, director del Foro Ecuménico Social